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Palabras del Rector en el acto de reconocimiento Premio Egresado Destacado 2023


Señores miembros de nuestra Asamblea General, Junta de Regentes y Consejo Académico, instancias colegiadas de máxima dirección de nuestra universidad, a quienes saludo en las personas del doctor Jose Joaquín Puello, uno de nuestros fundadores, de José Manuel Santos, egresado y presidente de nuestra Junta de Regentes y de nuestros vicerrectores académico, de administración y finanzas y de investigación y vinculación.

Señores invitados especiales

Representantes de hermanas instituciones de educación superior.

Estimados directivos empresariales y de organizaciones de la sociedad civil que nos acompañan.

Colegas de la comunidad institucional del INTEC, profesores y colaboradores todos.

Miembros de los medios de comunicación.

Muy especialmente, queridos Egresados Destacados a quienes reconocemos hoy, en compañía de sus familiares y relacionados.

Amigas y amigos todos.

Quisiera empezar recurriendo a uno de mis poetas favoritos, Benedetti, y a su poemario “Adioses y bienvenidas”, y pensar como él que hay muchos tipos de noche, pero que las hay que se vuelven milagrosas y, entonces, decir su verso: “son heredadas de cielos despejados, los ojos se me abren asombrados y no puedo pensar en otra cosa”.

Esta noche, en la que no importa como esté afuera y que estemos bajo techo, es una noche de cielos despejados, en la que reconocemos a egresados de 4 de nuestras 5 Áreas Académicas: Ingenierías, Ciencias de la Salud, Economía y Negocios y, por primera vez, como anticipamos hace dos años, a un egresado del Área de Ciencias Básicas y Ambientales.  En aquella ocasión, al decir que no tenía dudas de que pronto tendríamos egresados destacados de los programas propios en Ciencias Básicas y Ambientales,  comenté -y no puedo resistirme a repetirlo hoy- lo inusual, por lo menos en la educación superior en América Latina y el Caribe, de una universidad privada desplegando una fuerte presencia en el ámbito de las ciencias básicas; en nuestra región, las fortalezas en esa área las asumen por lo general las universidades estatales, no solo por la relevancia estratégica de las mismas, sino también por las considerables inversiones que requieren en laboratorios, equipos y proyectos, además del talento académico.  Este compromiso sostenido del INTEC al albergar, cultivar y sostener una significativa área académica de ciencias básicas y ambientales demuestra con hechos el firme compromiso de nuestra universidad con el desarrollo científico y tecnológico de nuestra sociedad, desarrollo para el cual, a lo largo de nuestros cincuenta y un años, hemos hecho contribuciones indispensables, irremplazables y, en muchos casos, singulares y únicas. Encuentro aquí otro argumento para sostener que INTEC es más que privada sin fines de lucro, pública, aunque no estatal, dedicada al interés general, no a interés particular alguno, generadora de bienes públicos que aportamos a la sociedad de manera directa por vía de la investigación, el apoyo a la innovación y el servicio, o por medio de nuestros egresados como ciudadanos responsables y profesionales competentes, creativos, innovadores y emprendedores, en el país e internacionalmente.

Honramos a 2 damas y 5 caballeros, con lo que continúa el avance en los últimos reconocimientos de Egresados Destacados en lo que a participación femenina se refiere, especialmente si lo comparamos con las primeras ediciones de este galardón. Me resulta interesante que nuestras dos nuevas egresadas destacadas, como lo fueron las que reconocimos en la edición pasada, en 2021, son ingenieras. Ciertamente, estos reconocimientos a ingenieras destacadas ya venían ocurriendo desde 2016, pero ahora, en las dos últimas ediciones, es por partida doble.

Si nos atenemos a la fecha de graduación de grado (porque dos de nuestros galardonados repitieron en INTEC para sus estudios de postgrado), nuestros egresados destacados de esta noche representan 4 de las 5 décadas que ya acumula nuestra historia: 1987 y 1989, 1994, 2003, y 2012 y 2015.

Nuestros egresados siguen ocupando el mundo como su escenario, por su ejercicio profesional y opciones de vida. Nos engalanan hoy dos egresados destacados que regresan a su Alma Máter desde Washington, D.C. o desde Texas y, a pesar de a diferencia horaria, no dudo que a distancia nos esté siguiendo otro que desde su lugar de trabajo en Bogotá se ha movido a 2 kilómetros de Londres, a Oxford, para sus estudios doctorales.

Dos de nuestros nuevos egresados destacados son profesores activos en el Instituto, ambos también destacados en la docencia, y un tercero lo fue por un buen tiempo y lo estamos recapturando como profesor a distancia desde su residencia en Texas.

Así es el INTEC, intenso, plural y diverso. Como muestra, solo en nuestro último acto de graduación, el pasado octubre, mostramos a la sociedad cómo graduábamos nuevos profesionales originarios de todas las regiones del país, prácticamente de todas sus provincias, porque más de un 30 por ciento de ellos  provienen desde fuera del gran Santo Domingo, y un 5 por ciento de 13 nacionalidades distintas a la dominicana, de todos los graduandos un 50 por ciento en el nivel de grado y la otra mitad en el de postgrado, 60 por ciento damas y 40 por ciento caballeros.

Solo hay un límite que queremos mantener en nuestra inclusividad y diversidad, y ese es el moral, el ético, el de los valores, que se verifiquen en un ejercicio profesional íntegro y un comportamiento ciudadano no solo responsable, sino también generoso, cuando no altruista. En eso aspiramos a ser coherentes y compactos.

Esta noche, como en las otras 14 noches precedentes de este reconocimiento de Egresados Destacados que celebramos desde 2007, nos enorgullecemos al contar con ustedes, los 7 galardonados por sus méritos profesionales y humanos. Nos sentimos no solo orgullosos, sino confiados en que los enarbolamos como dignos intecianos a emular. En general, ya ustedes han merecido reconocimientos previos a los que se une este, tal vez más cargado de emoción histórica, al provenir de su Alma Máter, en la que en etapas de sus vidas mucho más tempranas cultivaron no solo su formación, sino sus sueños juveniles.

Pese a sus méritos, fue una decisión difícil. Quienes servimos como jurado, con la restricción de ese número mágico, de origen casi arcano, de solo 7 elegidos por cada edición de este reconocimiento, sabemos que fue muy difícil limitarnos a esa cifra, con tantos postulados brillantes, exitosos como prometedores, ciudadanos profesionales en los distintos ámbitos de la actividad productiva y social, en el país y en tantas otras latitudes.  Del jurado me sirve especialmente de testigo la reconocida periodista y productora de televisión Alicia Ortega, la más externa al INTEC entre los comisionados -que ya quisiéramos sentirla y que se sintiera más como interna a nuestra colmena-, a quien ahora aprovecho para agradecer públicamente que nos obsequiara su tiempo y sus intervenciones en la grata, aunque exigente tarea que compartimos.

Esa dificultad en limitarnos a solo siete, con otros muchos con acreditados méritos,  es también otra fuente de regocijo, que, como miembro del jurado, pude vivir directamente ese día de sesión y que ahora, como testimonio, para lo que no me cabe duda que cuento con la anuencia de sus demás integrantes, queremos transmitir a esta audiencia, para que de algún modo también se regocije de tener entre los ya casi 38 mil egresados del INTEC tanto de donde escoger si de reconocer se trata. 

Esa y no otra es la medida principal del éxito y el valor del INTEC, de esta universidad que surgió hace ya 51 años como de la nada, como dice la Biblia que Dios creó el universo, pero en nuestro caso por obra y gracia de nuestros fundadores, a quienes ya en otra ocasión me referí como un grupo de demiurgos terrenales, movidos por un atrevimiento alimentado por heroísmo cívico. El año pasado celebramos el primer cincuentenario de esta vibrante realidad que es hoy el INTEC.   Lo hicimos asumiendo que contábamos con un legado que inspira y que nos mueve al futuro. Y ya este año casi agotamos el primero de nuestros próximos cincuenta años, ahora diciéndonos que forjamos futuro hoy, aquí y ahora y en los años por venir. Y añado que esta consigna tiene cuatro letras f, porque es forjar futuro con fast forward, que INTEC tiene el sello de avance rápido.

Para que esa tarea de forjar futuro sea con fast forward son muchas las mejoras, los aprendizajes y las innovaciones que tenemos por delante. Uno de ellos, de singular importancia, es apoyarnos mejor en esa legión de mas de 37 mil egresados a los que tenemos que facilitar su vinculación continua con su Alma Máter, su seguimiento y participación en la vida institucional, su apoyo activo a su desarrollo. Mirando y dirigiéndome ahora a todos los directivos, profesores y colaboradores les digo que, si no asumimos todos a una, como tarea cotidiana, la de promover y facilitar la continuidad de la vinculación de nuestros egresados con su universidad, estaríamos perdiendo una oportunidad de oro en nuestra misión de fortalecer y potenciar el desarrollo y sostenibilidad de esta institución de tantas formas y maneras única e indispensable para nuestro país. Ese es mi llamado, que acompaño con una propuesta para el próximo 2024 que se nos avecina, la de que entre otras iniciativas dirigidas al propósito ya enunciado, celebremos un encuentro de todos los 102 egresados destacados, hibrida por su modalidad, pero íntima por su naturaleza. Y que ese sea un momento especial y cumbre en lo que debe ser una actividad regular y continua de todos nosotros, repito, la de facilitar la vinculación e involucramiento de todos nuestros egresados con su Alma Máter. ¿Aceptamos el reto?

Hace un rato hablé de moral, de ética y de valores, pensando en los intecianos. Quiero terminar con un deseo, uno ferviente, esta vez tomando prestado de otro autor entre mis favoritos, más filósofo que poeta, y desearnos a todos los intecianos, a los aquí presentes, a los ahora ausentes, y a los que están en curso, que siempre podamos destacarnos como profesionales competentes internacionalmente, pero también y sobre todo por una ética que Fernando Savater resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir,

¡Enhorabuena queridos egresados destacados!

¡Muy buenas noches de cielos despejados!