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Acto de Inauguración Edificio de Ciencias de la Salud y Edificio de Postgrado


Sr. Ministro de Educación, Arq. Andrés Navarro

Sr. Viceministro de Educación Suprior, Lic. Rafael Gonzalez, en representación de la Ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Dra. Alejandrina Germán

Dra. Ligia Amada Melo, ex Ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología

Señora Presidente de la Junta de Regentes, Lic. Mary Fernandez

Miembros de la Asamblea General y de la Junta de Regentes

Pasados Rectores y miembros del Consejo Académico del INTEC

Familiares del rector Eduardo Latorre y de la profesora Ana Mercedes Henríquez 

Ministros y autoridades del gobierno

Representantes del cuerpo diplomático,

Representantes empresariales

Directivos de medios de prensa, Autoridades universitarias,  Profesores y Estudiantes

Amigas y amigos 

En la vida de toda institución,  existen algunos momentos que por su trascendencia pueden considerarse como hitos de dimensión histórica. Agradecemos a cada uno de ustedes por acompañar al INTEC, como testigos presenciales, en uno de esos momentos. La inauguración del edificio de Ciencias de la Salud y del edificio de  Estudios de Postgrado representa un hecho significativo, no por su valor material, que es al final de cuentas limitado, sino por su valor intangible, que es literalmente infinito, y como expresión simbólica del espíritu de mejora continua de esta universidad. 

La ocasión nos lleva a recordar que hace poco más de cuarenta años, la tierra que hoy pisamos no era más que un terreno baldío, en medio del cual se levantaba solitaria una casa de modestas dimensiones abandonada a la inclemencia del tiempo. Solo la visión de nuestros fundadores y su capacidad de persuasión hicieron posible que esos activos fueran puestos a disposición de una institución educativa en ciernes, cuyo única credencial era la seriedad y trayectoria académica de sus creadores.

Fue así como el INTEC pasó a tener una casa propia, y puso fin a unos primeros meses durante los cuales tuvo que realizar  sus tareas  en espacios prestados por instituciones amigas. Esta universidad nació por tanto en un pesebre humilde -una condición que se refleja todavía en su apego a la austeridad, su aprecio por la eficiencia y su rechazo de la ostentación. Pero desde sus primeros momentos, el INTEC evidenció su vocación de crecimiento, impulsado por el trabajo de generaciones de abejas incansables que  han ido dando forma a lo que es hoy nuestra colmena.

Por tanto, tengo  la certeza de que esta universidad ha llegado a su adultez con un claro posicionamiento en la sociedad. Pero en una verdadera academia, cualquier  meta  alcanzada es solo un punto de partida para el replanteo de nuevas metas futuras y para la búsqueda de nuevas formas de contribución social. Es por esa razón que la presente inauguración no debe ser vista como una obra de infraestructura, sino como un nuevo peldaño en una agenda permanente de crecimiento institucional dirigida a aumentar capacidades para seguir aportando a la  sociedad dominicana.

En esa agenda se destaca el diseño de un nuevo curriculum transformador basado en competencias y cada vez más orientado a satisfacer las necesidades de desarrollo del país; la puesta en marcha de los dos primeros programas doctorales en ciencias por parte de una universidad dominicana; la presentación de la primera patente otorgada a un entidad de educación superior en nuestro medio, y el uso de ese conocimiento para beneficio del medio ambiente; la acreditación internacional de todos nuestros programas y, finalmente, el fortalecimiento de nuestras capacidades para la prestación de servicios tecnológicos  a  los sectores productivos.

En suma, señoras y señores, los edificios que hoy inauguramos fueron hechos para marcar una diferencia, y nuestra aspiración es que en sus paredes se generen ideas y resultados de los que la sociedad dominicana pueda sentirse orgullosa. 

Por otra parte, el acto de  esta tarde es también un justo homenaje  a las personas cuyos nombres designarán a las nuevas edificaciones, el Fundador y pasado Rector, Eduardo Latorre, y la profesora Ana Mercedes Henriquez, cuyos familiares nos honran con su presencia en esta tarde de celebración. El perfil de esos dos intecianos será resumido en breve a través de las voces de personas que les fueron cercanas, pero me resulta inevitable llamar la  atención a la forma en que ellos sintetizan de forma elocuente la diversidad del talento inteciano. Uno es un hombre, la otra es una mujer; uno es un cientista social y la otra es una estudiosa de la naturaleza, por solo mencionar algunos rasgos. Por detrás de esas diferencias, sin embargo, encontramos los elementos comunes que identifican a nuestra comunidad, como son la responsabilidad social, la solidaridad, el rigor en el pensamiento científico y, por encima de todo, la integridad.

El Rector Latorre fue para el INTEC un líder insustituible, al que podríamos describir, usando expresiones de Marco Aurelio, como un ejemplo fehaciente de que un mismo individuo puede ser decidido a la vez que moderado, y que una misma persona puede comprensivo  pero inflexible en sus principios. Como rector, adoptó religiosamente la creencia de que si algo no es bueno para la colmena, no puede  serlo para la abeja. La profesora Henriquez, a su vez, fue una demostración viviente de que el ser humano, por naturaleza, tiende a interesarse por sus semejantes. Su entrega al cuidado del medio ambiente y capacidad de servicio alcanzan hoy dimensiones gigantes.  Es  por eso que, a juicio de sus seres más cercanos, vivió como si siempre estuviera diciendo: “Tengo todo lo que me pertenece; no me hace falta más.”

La designación de los edificios con esos dos nombres es una expresión de respeto y admiración que espero sus familiares guarden en la memoria  con un sano orgullo.  A través de ese gesto, la comunidad académica  quiere exaltar  el ejemplo que ellos nos dieron mientras estuvieron físicamente con nosotros, para beneficio de generaciones futuras de  estudiantes y profesores que, como hoy hacemos nosotros, los tomarán en el futuro como fuente de inspiración.

Para finalizar, aprovecho la ocasión para dejar constancia de reconocimiento a las personas o instituciones que han sido parte esencial en el proceso de construcción de las nuevas edificaciones. En particular, nuestro agradecimiento al Presidente de la Republica  y Egresado Destacado del INTEC, Lic. Danilo Medina, por su empeño en cumplir  la promesa de contribuir con el proceso de expansión institucional –una promesa que ha encontrado eco en todos los funcionarios involucrados. Esto constituye un reconocimiento de  la finalidad pública de una universidad que no ha tenido, no tiene y nunca tendrá dueño, porque pertenece a la sociedad dominicana.   

Un agradecimiento especial al  Banco BHD/León, que está aportando un monto significativo de recursos para el mobiliario del edificio de Postgrado. Eso es una muestra de compromiso del sector empresarial con la creación de capacidades humanas al más alto nivel. Esperamos que esa iniciativa  sea seguida por otras entidades, que pueden ver en el  INTEC un vehículo para contribuir con el sueño colectivo de un sistema de educación con calidad. La excelencia tiene un costo, y todos debemos contribuir asumiendo el reto de pagarlo.  

Mis palabras de gratitud también alcanzan a los arquitectos diseñadores, a las empresas constructoras y a nuestros equipos de administración y finanzas, que trabajaron sin descanso, en condiciones muy restrictas, para garantizar un proceso eficiente y transparente. Gracias a los miembros de la Junta de Regentes y a su Comisión de Infraestructura por la guía y direccionamiento que nos han dado, y por la pasión con que lo han hecho, lo que es una muestra del milagro que ocurre cuando se tiene un cuerpo de gobierno bien alineado y empático.  Y a toda la comunidad de profesores y estudiantes, encabezados por el Consejo Académico, por la paciencia mostrada a lo largo del proceso constructivo. 

Por último, gracias al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, que a través de la pasada Ministra Ligia Amada Melo y la Ministra Alejandrina German, es nuestro gran aliado para  cumplir la misión de ser una comunidad universitaria plural, comprometida con la formación de ciudadanos íntegros, capaces y competitivos globalmente, y para alcanzar nuestra aspiración de  ser reconocidos, nacional e internacionalmente, como un modelo de universidad. Y gracias a cada uno de ustedes por el  privilegio de su presencia y por esta muestra de apoyo a los intereses de nuestra institución,  que son también los mejores intereses de la sociedad dominicana.

¡Buenas noches!